Ahorrar en Agua Caliente

¿Sabías que alrededor de un cuarto del gasto energético de tu vivienda se dedica al agua caliente?

El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) nos da una serie de consejos que nos ayudarán a ahorrar en nuestras facturas en el uso del agua caliente:

Los sistemas con acumulación de agua caliente son más eficientes que los sistemas de producción instantánea y sin acumulación.
Tanto los depósitos acumuladores como las tuberías de distribución de agua caliente deben encontrarse en perfecto estado. En caso contrario se pueden producir pérdidas de calor que gravarán nuestras facturas.
Debemos aplicar el sentido común en nuestros hábitos cotidianos, por ejemplo, no dejar grifos abiertos inútilmente durante el afeitado o en el cepillado de dientes. O tener en cuenta que una ducha consume cuatro veces menos agua y energía que un baño.
Evita goteos y fugas de grifos. Aunque nos parezca poca cantidad la que se pierde, a medio plazo el goteo de un grifo puede suponer un importante derroche de agua al mes.
Contamos con multitud de tipos de cabezales de ducha diseñados parta el ahorro y que pueden suponer gastar casi cerca de la mitad de agua con su consecuente rebaja en nuestra factura.
En la misma línea que el apartado anterior, podemos utilizar en los los grifos reductores de caudal.
Otra opción de ahorro es la utilización de reguladores de temperatura con termostato, principalmente para la ducha.
De 30 °C y 35 °C es una temperatura adecuada para el aseo personal. Podemos comprobar que tu caldera proporciona agua dentro de esta franja. Si el agua sale demasiado caliente, activamos el agua fría para mezclarla, lo que produce un mayor gasto energético.
Los grifos conocidos monomandos mezclan agua caliente y fría y también contribuyen al ahorro.
En la cisterna del inodoro conviene instalar sistemas de doble pulsador o descarga de agua parcial, lo que constituye otra importante fuente de ahorro en el uso de agua.