La ola de calor lleva con nosotros aproximadamente un mes. En esta situación es tan importante cuidar de nuestra salud como de los espacios verdes del hogar. Precisamente, sobre eso trata este post, ya que el mantenimiento del jardín se debe realizar de manera óptima durante todo el año, especialmente en verano. Nos encontraremos diferentes adversidades además del calor que tenemos que saber remediar y existen una serie de consejos para ello.

Lo fundamental es regar adecuadamente las plantas y escoger la hora del día lógica. Es importante hacerlo a primera o última hora del día, porque de esta manera la tierra es capaz de conservar mejor la humedad. No se recomienda hidratar a la vegetación en las horas centrales, puesto que el agua puede evaporarse rápidamente. Por el contrario, conviene que el riego sea profundo y poco frecuente para que las raíces puedan desarrollarse desde las capas menos superficiales. Asimismo, esto contribuirá a mejorar la resistencia de las plantas y que se acostumbren a cierto grado de sequía.

No obstante, la cantidad de riego debe estar perfectamente medida para evitar la aparición de hongos. Si se diera el caso, sería necesario el uso de pesticidas para evitar contagios entre la propia flora.

Tampoco debemos olvidarnos de la actuación de plagas, que pueden darse por un incorrecto podado o segado. Con el propósito de prevenir estas infecciones debemos estar atentos en todo momento a los comportamientos que el jardín muestre durante el mantenimiento para detectar posibles enfermedades. Otra manera de controlarlas son los remedios naturales y caseros antes de recurrir a las sustancias químicas.

Abonado del terreno

La compra de un buen fertilizante es otro aspecto imprescindible para un mejor crecimiento de las plantas. Hay una amplia variedad de abonos en el mercado y en función de su origen podemos distinguir entre orgánicos (de origen animal o vegetal) e inorgánicos (de origen mineral).

El abonado debe realizarse en función de lo que nuestros vegetales requieran. Cuanto mayor sea el número de flores o la concentración de arbustos, más fertilizante necesitarán. El verano y la primavera son las mejores épocas para este proceso, debido a que son los periodos de mayor actividad de las plantas. Es importante saber que nunca se debe abonar una planta enferma y que se debe esperar un mes para hacerlo con una recién trasplantada.

Por otra parte, los objetos de riego deben permanecer alejados de la radiación del sol; las mangueras, por ejemplo. Sus rayos abrasan el plástico y como consecuencia el agua puede provocar quemaduras en las plantas e incluso en nuestros cuerpos.

Disfruta de una vegetación sana en tu jardín durante todo el año con el mejor mantenimiento y sin descuidos.

Fuentes: midecoracion, Europa FM, ecoterrazas